Francia no quiere dejar de hacer caja en África

Desde hace años, Francia ve amenazada su presencia en África. China y otros países se han posicionado como serios competidores y han conseguido romper, en gran parte, la hegemonía económica y comercial que el país europeo ocupaba en numerosas regiones africanas. Los esfuerzos franceses para mantenerse como un influyente actor en el continente, especialmente entre sus antiguas colonias, pueden no pasar de un simple deseo si no se toman medidas urgentes.
Las compañías francesas pierden territorio en el continente y buscan el apoyo de su gobierno para contrarrestar la situación y poder expandir su presencia y beneficios. Es verdad que todavía mantienen una fuerte presencia en algunos sectores como servicios, gestión portuaria y telecomunicaciones debido al posicionamiento de algunos grandes grupos empresariales franceses como Bolloré, Areva u Orange y otros menores como Veolia y Suez. Sin embargo, los grandes contratos de infraestructura y construcción están, en su mayoría, en manos de empresas chinas.
El Gobierno francés ha puesto en marcha varias iniciativas para socorrer a sus empresas. Entre ellas el foro conocido como Ambition Africa que ha celebrado su segunda edición a finales de octubre. Una cita que quiere ser anual para reforzar la inversión y las posibilidades de negocio de las empresas francesas en África. Este año han participado más de 500 compañías africanas y 400 organizaciones francesas.
Las empresas francesas, por su parte, han visto la necesidad de reinventarse y han empezado a apostar por nuevos sectores como las energías renovables, la gestión del agua o el desarrollo urbano. El informe L’Afrique, un marché à conquérir (África, un mercado a conquistar), elaborado por BPI es muy optimista y anima a los inversores franceses a esta metamorfosis y muestra su entusiasmo ante las posibilidades de futuro cuando tilda a África como “tierra de oportunidades”, “gigante con considerable potencial” o “nuevo Eldorado de las pymes francesas”, para concluir con un contundente “l’Afrique, c’est maintenat!” (¡África es ahora!).
Los políticos africanos, especialmente los de la zona francófona, no parecen ser tan optimistas sobre el futuro de las relaciones comerciales entre las dos partes. Después de años de colaboración no ven ningún desarrollo considerable en las antiguas colonias francesas. Además, cada vez es más fuerte la crítica al franco CFA y la dependencia que crea a los países que lo usan de la economía francesa. Por cierto, en las últimas semanas, varios dirigentes africanos han avanzado que retiraran las reservas monetarias que mantienen en el Banco de Francia. Todavía está por ver si tendrán la fuerza suficiente para implementar el plan.
La segunda estrategia puesta en marcha por el Ejecutivo francés para ayudar a sus empresas es la movilización de la diáspora africana residente en Francia, especialmente de los ciudadanos más capacitados, de manera particular de aquellos que ocupan posiciones importantes en empresas francesas, para que se conviertan en embajadores de esta nueva política y posibilidades de inversión en sus países de origen.
Seguramente África dará la bienvenida a cualquier inversión, pero también es probable que muchos recelen de las buenas intenciones de las empresas francesas, que en el fondo siguen considerando al continente como un lugar donde hacer caja, sin importarles nada más.