IFWM 19: no tirar la toalla con la sostenibilidad

Ya el pasado año Lanzarote dejó establecidos, tras la clausura del IFWM 2019, los cimientos del trabajo activo (también, cómo no desde el Periodismo y la Comunicación especializada) en pro del impulso del producto y los valores del territorio como vía para favorecer el desarrollo de un turismo gastronómico (conclusiones del primer foro de Teguise 2018).
El II Congreso Internacional de Periodistas Gastronómicos (IFWM19), que se celebró días pasados como prólogo al IX Festival Enogastronómico Saborea Lanzarote, aglutinó a periodistas gastronómicos de toda Europa y sus colegas de la Comunidad Autónoma de Canarias que asumen el reto de destinos gastronómicos cada vez más sostenibles.
Ya en marzo de este año 2019, el mismo marco establecía también las primeras guías con el Congreso de Periodistas Canarios, que debatieron acerca de lo que realmente debe ser la ‘cartografía’ de la praxis en el eje indisoluble turismo-gastronomía-sector primario.
En una de las cuatro Mesas en las que se estructuraba el Congreso, Francesc Castro, fundador y director de Aborigens-Local Food Insiders, de Barcelona, se preguntaba: “cómo convencemos al público los periodistas: ¡CREDIBILIDAD!”, afirmó tajante. Luego se fue cuestionando: “¿el periodismo de notas de prensa es útil? ¿la prensa puede cambiar dinámicas enquistadas respecto a la gastronomía, el turismo y el sector primario? ¿escribimos para el público o para los cocineros? ¿nuestros relatos relanzan un patrimonio culinario vivo o lo ‘folklorizamos’ sin más?”.
De hecho, el lema “El turismo gastronómico sostenible”, daba para triar del hilo y mucho. Arrancaba la intensa jornada con la bienvenida del consejero de Turismo, Desarrollo Económico y Agricultura del Cabildo insular, Ángel Vázquez, que invitó a los ponentes a que “más allá de sol y playa, se sigan generando ideas para que este y otros territorios puedan visualizarse en el mapa de los destinos de calidad. Ello, teniendo como eje una culinaria cada vez más respetuosa con el medioambiente”.
Ya el plantel del periodistas compuesto por Carlos Maribona (Salsa de chiles, ABC), Benjamín Lana (Grupo Vocento) y Xavier Agulló (El Mundo / 7Caníbales), que estuvieron acompañados por el Director de la Oficina de Turismo Española en Dublín, Rubén López Pulido buceaban durante su intervención en los “Tipos de innovación en el turismo gastronómico: tecnológico y no tecnológico”. Averaron que desde hace años muchos restaurantes, sobre todo de alta cocina, reivindican como uno de sus principales fundamentos la sostenibilidad. “Esto no puede ser lo único que sostenga el argumentario de un establecimiento, aunque sea imprescindible”, coincidieron.
Así pues, 12 periodistas gastronómicos de ocho países europeos partían de la base de buscar puntos de anclaje acerca de ¿qué es el turismo gastronómico sostenible? José Carlos Capel (El País), Julia Pérez (Gastroactitud) y Annie Bennett (The Telegraph, Reino Unido), con Teresa López, auditora de Biosphere y moderadora arrancaron con los conceptos de turista convencional (de masas) y el viajero: en el segundo grupo se puede enmarcar el interesado en la gastronomía y la sostenibilidad.
El turista que aprecia la gastronomía –sostuvieron- quiere y saber buscar la información que necesita y, como periodistas, se concluyó que falta llegar a un mayor target de población con un mensaje de que el producto y la gastronomía generan riqueza, incluso en lugares poco desarrollados, por ello los ponentes destacaron su labor como ‘contadores’ y amplificadores’ del papel de los productores, porque sin ellos no hay nada.
“La cadena de valor del turismo gastronómico: los principales actores en el territorio” contó como moderador con el director de la Agencia Mixta de Turismo de la Comarca de Goierri del País Vasco, Nikolas Osinalde, y con los periodistas Eoghan Corry (Travel Extra de Irlanda), Luca Iaccarino (La Repubblica, Italia) y el portugués Duarte Calvao. Este grupo profundizó en la idea de que empresarios y productores deben esforzarse porque el producto gastronómico sea consumible, sea atractivo, y si es posible lograr que el turista lo vea de cerca, pero teniendo en cuenta que las modas llevan a que todos los destinos quieran ser gastronómicos, por lo que alertaron de que esto no debe contribuir a perder la autenticidad del territorio.
“La sostenibilidad no es una tendencia: es una forma de vivir, pero aún en el mundo del viaje la sostenibilidad no tiene la importancia que debería”, se argumentó en la mesa moderada por el citado Francesc Castro, formada por la belga Pascale van Weert (Horeca Magazine), la sueca Tove Oskarsson (Revista Gourmet) y el corresponsal de La Vanguardia en París, Óscar Caballero.
Valoraron que “los periodistas deben transmitir como un valor el esfuerzo que hacen los establecimientos de restauración y hotelería para el cuidado del medioambiente, pero también poner el acento cuando no existe ninguna intención en este sentido”.
En cualquier caso, rondaba a lo largo de la sesión una convicción muy clara: existe un consumo de información y de turismo como nunca lo ha habido y esto debe definir formatos periodísticos adecuados y claros.
Otro de los grandes retos apuntados en la primera de las mesas fue el de que nos enfrentamos como especie a los desafíos medioambientales de la actualidad, y al que el sistema turístico convencional no es ajeno. Aseveraron que “no se puede parar todo el sistema hotelero y cambiarlo de golpe, poniendo el acento en que la ‘sostenibilidad’ se ha incorporado a la planificación del sector desde hace algunos años para trabajar en la línea el respecto a la cultura y el entorno del destino”.
Existe un consumo de información y de turismo como nunca lo ha habido y “esto debe definir formatos periodísticos claros y adaptaciones para lo que es local, lo auténtico y lo dirigido a las masas…”. Interesante el derrotero de la tercera mesa -“El Mercado del turismo gastronómico: consumidor local, consumidor de fuera”- en la que Oscar Caballero puso de relieve que “nunca pensé que haya una misión para el periodista sino que es un servicio al lector”.
Consideró el periodista afincado en París que “Instagram no tiene gran diferencia en modificaciones a aquellas máquinas de escribir, el lápiz, etcétera”. Acerca del sentido de lo sostenible, “detalló que el primer enemigo de este concepto es precisamente la inconsistencia de la sostenibilidad pues existe una contradicción: el turismo, ‘per sé’, no puede ser ni gastronómico ni sostenible”.
Los aludidos Agulló, Maribona, Lana y López, en sintonía con las preocupaciones actuales , aclararon la colisión que existe entre turismo y viajar por la huella de carbono y que lo que se debe buscar es un equilibrio, porque el viajero también puede ayudar a sostener la economía local y esto resulta mucho más rentable para el productor que, además, gana en identidad y en economía, al mostrar su producto directamente al viajero.
En otro momento del foro se propuso el marketing como principal arma para estimular un destino gastronómico y se expusieron grandes ejemplos de desarrollo e impulso de un territorio en el mundo culinario como han sido Perú o los países nórdicos, aunque se alertó de que en primeramente tiene que haber un producto singular que establezca un relato que le de valor y, después, una apuesta financiera por parte de las instituciones.
“Aún en el mundo del viaje la sostenibilidad no tiene la importancia que debería”. Por ello, se valoró que los periodistas “deben transmitir como un valor el esfuerzo que hacen los establecimientos de restauración y hotelería para el cuidado del medioambiente, pero también poner el acento cuando no existe ninguna intención en este sentido”.
En definitiva, no se debe tirar la toalla en la tarea de ir hacia la sostenibilidad porque todos los esfuerzos que se hacen en el cuidado del patrimonio serían en balde y es que cuando se habla de gastronomía también se habla de patrimonio cultural, culinario, medioambiental… En ese sentido, y como comunicadores, se apuntó que queda un gran trabajo por hacer porque la gente, cada vez más, se preocupa por lo que come, de dónde viene lo que consumen y además las superconexiones con nuestros dispositivos favorecen que ahora se lea y se escriba más que nunca sobre gastronomía. Esa inercia debe ser aprovechada para mejorar el destino, su entorno y el producto.
Otro de los principales retos pasa por la innovación alimentaria para dar de comer a un mundo superpoblado, así como por la biotecnología como uno de los fenómenos en auge para contribuir a aminorar el impacto medioambiental de la producción de alimentos en el planeta.