Caos navideño en Caracas

Normalmente en diciembre hay más gente en las calles caraqueñas. Antes era costumbre visitar los centros comerciales para ver sus decoraciones y comprar regalos. Eran célebres también los diferentes montajes de Belén que se hacían en las estaciones del metro de Caracas. Pero el disfrute de la ciudad quedó para la historia.
Aquella tarde necesitaba llegar temprano a casa; además, estaba agotada de pasar toda la mañana en exámenes médicos. Decidí no utilizar el metro porque últimamente es un caos constante. Justo ese día había un retraso peor de los que normalmente ocurren. Debí esperar 3 largas horas a que pasara un autobús en el que me pudiera subir, porque todos pasaban repletos de gente.
Ese 11 de diciembre un tren se había descarrilado en los túneles del subterráneo, lo que provocó seis personas heridas. Luego (cinco días después) las autoridades desmintieron el descarrilamiento, aunque no ocultan el deterioro del servicio.
“Yo tuve que caminar hasta Chacao (unos 4 kilómetros) para poder tomar una camionetica (colectivo) que me llevara a mi trabajo y luego en la tarde el retorno fue peor. Así no se puede trabajar”, fue lo que dijo Evaristo, un joven administrador que debe cruzar la ciudad a diario para llegar a su trabajo y que conocí ese día mientras nos lamentábamos de lo complejo que se ha vuelto trasladarse en la ciudad.
Ir y venir del centro de Caracas te puede llevar hasta 4 horas sólo en el traslado en transporte colectivo. No hay efectivo para pagar un taxi. Y últimamente el suministro de gasolina también está fallando en la capital.
“Yo salgo porque tengo que hacer diligencias. Debo ir al banco a buscar efectivo. Debo ir a pagar el teléfono porque si lo cortan no podré comunicarme con mi hija que está en Chile. Pero con este barullo no provoca ni salir”. Esto contaba Lía, una señora de unos 60 años, atascada en el caos de transporte que nos tocó vivir ese día.
Pero ese desastre se ha convertido en rutina. Constantemente hay retrasos en el servicio de metro. Los autobuses por supuesto son cada vez menos por la crisis de repuestos de automotores que se ha agudizado en los últimos años. Mantener un coche cuesta una pasta, porque sólo el servicio de cambio de aceite puede costar unos 30 dólares, mientras el ingreso de un mes de salario mínimo no llega a 4 dólares.
Así que el amable y primaveral clima de diciembre en Caracas contrasta con el caos de una ciudad que muestra su rostro más cruel en lo que a transporte público se refiere.
Hubo 6 heridos, gente desmayada y con politraumatismos ese día en el metro de Caracas. Mientras, el gobierno de Maduro se vanagloria de haber iluminado el río Guaire (una cloaca en forma de río que atraviesa toda la ciudad) y presume de haber decorado con figuras iluminadas el famoso paseo Los Próceres, para maquillar con luces la tristeza navideña de una ciudad que agoniza.
(*) Fotografía de portada: Eneas De Troya.