Gabón: fin de la incertidumbre

La República de Gabón se está recuperando de la incertidumbre política que generó durante catorce meses el derrame cerebral sufrido por el presidente Alí Bongo cuando se hallaba de viaje en Arabia Saudita. Durante este tiempo, el presidente estuvo prácticamente desaparecido de la vida pública durante largos intervalos, lo cual fue objeto permanente de especulaciones sobre el carácter irrecuperable de su enfermedad.
Bongo sufrió el grave percance que le tuvo apartado de sus funciones cuando se hallaba en Riad para participar en una conferencia internacional. En Gabón la información sobre su estado de salud fue suministrada con mucha prudencia. Esto convirtió la situación en un misterio que enseguida despertó todo género de rumores: algunas veces se llegó a asegurar que había muerto y otras que quedaría incapacitado.
Contribuyó a acentuar la tensión creada por la noticia el largo tiempo que permaneció en el hospital saudita, donde fue atendido inmediatamente, y luego en Marruecos y Londres. Mientras tanto, en Libreville, la capital, el ambiente tenso por el vacío se agravó con los movimientos en el entorno del poder. El Tribunal Constitucional encargó de la jefatura del Estado con carácter provisional al vicepresidente, Pierre Claver, quien, con dificultades y la lealtad del grueso de las Fuerzas Armadas, consiguió salvar la situación. Alí Bongo se mantenía en el cargo desde octubre del 2004, cuando sucedió a su padre, Omar Bongo, que con 73 años era el decano de los presidentes africanos.
La memoria de Omar Bongo, su progenitor, que ocupó la Presidencia cuarenta años –prácticamente desde la independencia de Francia, el siete de agosto de 1960– fue su principal aval político. Había sido ministro de Asuntos Exteriores y Defensa y fundador del partido Democrático Gabonés cuando se implantó el multipartidismo. Había recibido buena formación en el extranjero y gozaba de prestigio en los foros internacionales. Pero carece del carisma paterno. Su imagen se deterioró con los incidentes que desencadenó la manipulación de las elecciones que oficialmente ganó por un escaso margen de votos. Durante su Presidencia, su figura fue cuestionada por la tolerancia con la corrupción, que se reforzó gracias a la buena situación económica que disfruta el país. Gabón, con un millón seiscientos mil habitantes, está considerado como el tercer país más rico y próspero de África.
Además del petróleo, cuyos ingresos han permitido modernizar las infraestructuras –envidia de sus vecinos– y los servicios sociales, como la sanidad y la educación, sus costas son ricas en pesca y su subsuelo alberga importantes reservas de minerales. La estabilidad política, una democracia que garantiza las libertades y derechos humanos, Gabón también es uno los países del continente que se ha visto más favorecido por la inversión extranjera. Una vez superados los incidentes generados por las dudas sobre su elección, se recuperó también hasta el presente.
En las disputas generadas por su ausencia, con intento de golpe de Estado en diciembre de 2019 y las dudas sobre su recuperación, la oposición ha vuelto a argumentar en su contra el fraude electoral que le llevó a la sucesión de su padre, Omar Bongo, en la jefatura del Estado. Los incidentes que desencadenó la protesta, con el incendio del Parlamento, continúan vivos. Aunque su política fue continuista, ha sido su persona, menos carismática que la de su padre, la que convirtió sus mandatos en un continuo trasiego de rumores y conatos de conspiraciones, incluido un intento de golpe de Estado.
Su aparición en público estas navidades pasadas disipó mucha duda, aunque la fugacidad de su presencia ante las cámaras y su aspecto físico no disipó los rumores que insisten en que su recuperación, además de lenta, está siendo incompleta. La sucesión no está garantizada. En las elecciones próximas, para las que aún faltan dos años y medio, se duda de que pueda o quiera concurrir a la reelección y los nombres que se barajan, tanto del Gobierno como de la oposición y hasta de la propia familia Bongo, no parecen estar despertando mucho interés.