Asesinato de cristianos en el norte de Nigeria

La noticia llegó el pasado 22 de enero: miembros de la Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP) habían asesinado al líder de la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN), el pastor Lawan Adami, secuestrado el 3 de enero en el estado de Adamawa. Esta ejecución es la última de las muchas que el grupo que se separó de Boko Haram en 2016 ha llevado a cabo en los últimos meses.
Con anterioridad, el 26 de diciembre, el grupo terrorista publicó un vídeo en el que mostraba el asesinato de 11 rehenes cristianos en el norte de Nigeria. En esa ocasión, el ISWAP afirmó que la decapitación de los prisioneros era parte de su campaña para vengar la muerte del líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, que tuvo lugar en octubre durante una incursión militar estadounidense en Siria.
No se trata de los primeros asesinatos de cristianos. De hecho se estima que solo en 2019, 1000 nigerianos fueron asesinados por el simple hecho de ser cristianos. Lo que supone que desde 2015 han muerto, al menos, 6000. Pero estos últimos revelan la intensidad de una situación que hasta ahora ha sido ignorada por Occidente: la continua masacre de cristianos en el norte de Nigeria.
Hace pocos días, un sacerdote católico de la diócesis de Maiduguri, el padre Joseph Bature Fidelis, publicaba una carta en Vaticannews en la que afirmaba que “cada día, nuestros hermanos y hermanas son asesinados en las calles”. Y añadía que la situación en el norte de Nigeria sigue deteriorándose para los religiosos y para los fieles que son atacados por militantes islámicos fundamentalistas. Esta denuncia surge tras el secuestro de un joven seminarista en la ciudad de Kaduna, en el noroeste del país. Por eso, el padre Fidelis pide a los países europeos que presionen al Estado nigeriano para que haga algo para proteger a los cristianos.
Por su parte, el Gobierno del presidente Muhammadu Buhari afirma haber implementado una serie de medidas de seguridad destinadas a proteger a los cristianos que habitan en el norte del país, pero hasta la fecha estas no parecen haber dado resultado alguno al no ser capaces de garantizar la seguridad y prevenir la violencia, e incluso las masacres, del colectivo cristiano que habita en el norte de Nigeria. De ahí que el padre Fidelis insista en la intervención europea ante el riesgo que sufren los cristianos de “ser exterminados”. A lo que añade que “nuestra gente está sufriendo mucho. Por favor, ayúdenos a no callar ante este inmenso extermino que se lleva a cabo en silencio”.
Ayuda a la Iglesia necesitada, una fundación pontificia que apoya a los cristianos perseguidos y oprimidos en todo el mundo, ha advertido de que estos ataques no son hechos aislados y ha cuestionado que el Gobierno de Nigeria haga lo suficiente para defender a los cristianos nigerianos. Además, la organización recolecta fondos para ayudar a este colectivo, en especial a los seminaristas y en particular al Seminario del Buen Pastor de Maiduguri, que actualmente cuenta con 53 estudiantes y que, como dice el padre Fidelis, se encuentra en una zona donde “uno arriesga la vida todo los días solo por ser cristiano”.