Más tropas para el Sahel

Las acciones terroristas no cesan en el Sahel. Lejos de disminuir van en aumento. Cada día llegan noticias de nuevos atentados yihadistas en cualquiera de sus rincones: Burkina Faso, Malí, Níger o en la cuenca del lago Chad (norte de Nigeria, Camerún y Chad). Esta escalada de la violencia pone de manifiesto que todavía no se ha dado con la solución definitiva o, al menos, que augure que el problema puede decrecer en los próximos años.
Cada uno de los grupos que opera en la zona ha incorporado, hábilmente, las quejas y reivindicaciones de la población local para favorecer su causa y aumentar el reclutamiento de jóvenes y adeptos. El sentimiento de marginación y abandono de los gobiernos centrales por parte de los habitantes del Sahel es grande y este elemento ha sido utilizado por los grupos armados para radicalizar a los habitantes de la región.
Lejos de acercarse a la población e intentar dar respuesta a sus reivindicaciones, los gobiernos siguen optando por la respuesta militar. En el caso de Burkina Faso, se ha decidido formar grupos de milicias civiles, los llamados Voluntarios de Defensa de la Patria (VDP). Estos tienen como objetivo, esencialmente, compensar la ineficacia del ejército para prevenir y responder a los ataques sufridos en los últimos años. La idea es reclutar a jóvenes de, al menos, 18 años que tras 14 días de entrenamiento recibirán armas y equipos de comunicación y visión.
En el norte de Camerún y de Nigeria, ya existen los vigilantes civiles, que no portan armas. Estos voluntarios patrullan los confines de sus aldeas para avisar de cualquier incursión de Boko Haram o de la Provincia de África del Oeste del Estado Islámico (ISWAP) y así poder salvar vidas. Estas brigadas ciudadanas no han impedido, sin embargo, el avance de los terroristas y sus ataques.
Por su parte, Malí ha decidido aumentar el tamaño de su ejército en aproximadamente un 50%, según informa Reuters. El plan es reclutar a 10.000 nuevos soldados en los próximos meses para conseguir una mayor presencia de los militares en áreas donde hasta ahora no estaban y así poder hacer frente a la amenaza terrorista. No se sabe muy bien de dónde saldrá el dinero para sufragar esta iniciativa y cómo se atraerá a los jóvenes a una institución en la que prácticamente todos los días mueren algunos de sus miembros.
Igualmente, las fuerzas francesas de la Operación Barkhane, presentes en el Sahel para luchar contra los yihadistas, van a contar con un refuerzo de 600 nuevos soldados, lo que hará saltar sus efectivos de 4.500 a 5.100 para finales de este mes de febrero. La mayoría de ellos se desplegarán en el área de las tres fronteras: Malí, Burkina Faso y Níger. El resto se unirán a las fuerzas del llamado grupo G5 (Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger) para participar con ellas en combate. Estas tropas llegarán acompañadas de vehículos pesados, blindados ligeros y logística. Todo ello, a pesar de que en los últimos meses se han incrementado las protestas contra la presencia francesa en la zona.
Se quiere restaurar la paz por la fuerza, sin involucrar a la población civil en soluciones pacíficas que den respuesta a sus reivindicaciones.