África resiste al COVID-19

África continúa resistiendo bastante mejor de lo que se temía la expansión del coronavirus. La proximidad con Europa, la presencia de muchos millares de trabajadores chinos repartidos por diferentes países y la debilidad de sus sistemas de salud la hacen más vulnerable a las epidemias. Pero hasta ahora los casos que se van registrando son aislados y bastante explicables conociendo las condiciones en que se produjeron muchos de los contagios: personas que viajaron a otros continentes en los que el virus está más expandido.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Centro para la Prevención de Enfermedades (CDC), de carácter regional, están adoptando previsiones que, al igual que ocurrió en los países europeos, irán en aumento conforme vaya evolucionando el peligro. Algunos gobiernos también han empezado a tomar medidas, como Madagascar, que ante el primer caso canceló los vuelos con Europa. Otros contemplan cerrar las fronteras a las llegadas de extranjeros.
Conforme a los datos que se van conociendo, en su mayor parte aislados, Marruecos es uno de los países más afectados. Los expertos consideran que su riesgo aumenta ante la proximidad y la intensidad de las relaciones personales con Italia, España y Francia, donde la pandemia registra los mayores niveles de propagación y víctimas mortales. Entre los marroquíes que sufren el coronavirus está el ministro de Equipamiento, Abdelkader Amena. Rabat también canceló los enlaces aéreos y marítimos con España, lo cual está originando problemas a los emigrantes.
El temor a la expansión de la enfermedad, además de amenazar a la salud de millones de personas, también empieza a hacer sentir sus esfuerzos en la economía y en la calidad de vida de los ciudadanos. El freno que la crisis está imponiendo al comercio, al turismo y al movimiento de personas se vuelve más evidente tratándose de economías precarias, muchas de ellas deficitarias en elementos de primera necesidad como medicinas y comida.
El miedo que la pandemia de este nuevo coronavirus está generando en otros lugares pone sobre aviso a muchos gobiernos africanos y, particularmente, a los que están presididos por políticos septuagenarios y octogenarios, que se muestran más sensibles ante una amenaza que es más letal entre las personas mayores. También el miedo que unos meses atrás provocó entre las poblaciones el ébola vuelve a hacerse sentir.
Los problemas económicos que se están produciendo en Europa y Asia reducen también las exportaciones de productos africanos. La crisis paralela que se ha creado en torno al precio del crudo afecta de manera especial a las economías de los países productores, como Angola, Gabón, Nigeria, Congo, Argelia o Libia. La paralización de la actividad en la industria y el transporte en los países más desarrollados incide también en la caída del precio del crudo y de su consumo.