Ejercitando las neuronas VI

Comenzamos la semana con nuevos desafíos para desperezar y entrenar nuestras neuronas. ¡Vamos allá!
1.- Letras
Buscar nombres latinos de personas; no valen diminutivos tipo Pepe o Paco. La única condición que se impone es que no debe tener ninguna letra de CARLOS.
2.- Cervantes, requisador
Como es sabido, Miguel de Cervantes tuvo varios oficios después de regresar del dichoso cautiverio que le retuvo unos cinco años en Argel. Uno de los oficios fue hacer de requisador para la Corona para acopiar alimentos y avituallamiento para la Armada Invencible. El caso es que llegó a cierta ciudad, de cuyo nombre no me acuerdo, y dijo a tres agricultores que tenían que proveerle de 6912 libras de trigo (la libra equivalía a 0,46 kg). Uno de los agricultores le dice:
– Yo pongo una parte.
– Pues yo pongo tres veces más que él, dijo el segundo.
– Pues yo añado el doble que ustedes dos juntos, indicó el tercero.
Cervantes simplemente calculó lo que cada uno debía aportar y comprobó que lo aportaban.
¿Cuánto aportó cada uno?
3.- Jaimito entra en una finca de naranjeros
No lo puede resistir. Lleva un saco vacío. Abre el saco y empieza a llenarlo de naranjas para llevárselas. Después emprendió la huída pero apareció un guardián que lo paró y le dijo:
– ¡Oye, muchacho! ¿Qué llevas ahí?
Entonces Jaimito le abrió la bolsa, la miró el guardián y le ordenó:
Déjame la mitad de las naranjas que llevas más media naranja y sigue tu camino.
Y eso hizo. Pero Jaimito no contaba con que apareciera un segundo guardián, que lo paró y le dijo:
¡Oye, muchacho! ¿Qué llevas ahí?
Entonces Jaimito le abrió la bolsa y la miró el guardián y le ordenó:
Déjame la mitad de las naranjas que llevas más media naranja y sigue tu camino.
Y eso hizo.
Cuando ya se las prometía felices, apareció un tercer guardián que lo paró y le dijo:
¡Oye, muchacho! ¿Qué llevas ahí?
Entonces Jaimito le abrió la bolsa, la miró el guardián y le ordenó:
Déjame la mitad de las naranjas que llevas más media naranja y sigue tu camino.
Y eso hizo.
Jaimito, una vez fuera de la finca, metió la mano en el saco y comprobó que solo le quedaba una naranja.
La gran pregunta es: ¿Cuántas naranjas tenía Jaimito en el saco al principio? Por cierto que la historia cuenta que Jaimito no tuvo que partir ninguna naranja.
Nota.- Con este tema, escribí una especie de versión teatral en la que la Aritmética y el Álgebra pugnan sobre cuál de las dos soluciona mejor el problema.
4.- Hexaminos
Ya vimos las formas de unir hasta cinco cuadrados. Pasemos a seis, a los hexaminos. Como es sabido, el hexaedro o cubo es el poliedro regular de seis caras cuadradas cuyo ejemplo más popular es el dado del parchís. Pues bien, cuando un dado se despliega, se convierte en un hexamino. Pero no todo hexamino se puede transformar en un dado y por eso se plantea la siguiente cuestión que pondrá a prueba la imaginación espacial:
5.- Carrera de balandros
Dos balandros, A y B, van a competir haciendo una carrera que sale de un punto, ha de recorrer 24 km hasta llegar a una boya y allí dan la vuelta y vuelven al punto de partida. El balandro A va y viene a 20 km/h mientras que el balandro B va a 16 km/h y regresa a 24 km/h. Lógicamente, gana la carrera el que llegue primero porque salen al mismo tiempo. Pero, ¿cuál de ellos ganará?