Estados Unidos le pone precio a la cabeza de Maduro

Mientras las cifras de coronavirus aumentan vertiginosamente en el mundo, especialmente en Estados Unidos, quien ya ocupa el primer lugar de contagios en el planeta, Trump no le da descanso a sus ganas contra Venezuela.
Esta semana le puso precio a la cabeza de Maduro por 15 millones de dólares, acusándolo de narcoterrorista. El mandatario venezolano respondió de inmediato en transmisión conjunta de radio y televisión donde descalificó las acusaciones por “racistas” y llamó a Trump “miserable”.
En la lista de “solicitados” por EEUU también se encuentra el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello; el ministro de la defensa, Vladimir Padrino López; el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno; el vicepresidente del área Económica, Tareck El Aissami; y el general retirado Cliver Alcalá Cordones.
Llama la atención el caso de Cliver Alcalá, quien fue un militar muy cercano a Hugo Chávez, pero en el 2016 desertó y se exilió en Colombia. Desde allí mostró su respaldo a Juan Guaidó el año pasado y ahora admite que trabaja con Guaidó en conformar una unidad militar para liberar a Venezuela de Maduro. Además, le recordó a EEUU (quien ofrece $10 millones por su captura) que no piensa huir y que él está en su casa de Barranquilla.
Hay quienes dicen que la solicitud de captura contra el militar retirado es un pase de factura de EEUU por no haber concretado la salida de Maduro.
Con esta medida EEUU vuelve a ejercer como “policía” del mundo y se atreve a ofrecer una recompensa en metálico por la captura de un jefe de Estado en funciones que fue electo en comicios presidenciales. Muy lejos de los gobiernos de facto de Añez en Bolivia y Vizcarra en Perú, por ejemplo.
Es imposible no recordar el caso de Manuel Antonio Noriega, ex gobernante militar de Panamá, quien fue detenido luego que EEUU invadiera el país caribeño en 1898 y pasó casi 30 años preso hasta su muerte en 2017.
Uno se pregunta si más de 100 mil estadounidenses con coronavirus no constituyen un problema suficiente para que Trump se ocupe de sus asuntos y deje de jugar al gato y al ratón en América Latina.
No celebro que EEUU ni ningún otro país se inmiscuya en los asuntos de Venezuela. Muy a pesar del pésimo gobierno, del desastre en la gestión pública, de la corrupción y la desidia gubernamental, creo que somos los venezolanos quienes debemos resolver nuestros asuntos.
En medio de una pandemia resulta más urgente salvar la vida de la gente y aplicar medidas urgentes para recuperar la economía, antes que seguir persiguiendo al inepto de Maduro.
Ya en Venezuela hay un muerto por covid-19 y 107 contagiados. Seguimos en cuarentena, sin gasolina y sin agua. Con pocas medicinas y alimentos.
El silencio de las calles desiertas de Caracas es interrumpido por algún transeúnte con mascarilla. Mientras tanto, en el Palacio de Miraflores, el circo continúa…