Miles de niños siguen produciendo el cacao de nuestros chocolates

Ya a principios del actual siglo, hace 20 años, se denunció que miles de niñas y niños trabajaban en las plantaciones de cacao de Costa de Marfil y Ghana. Varios artículos y programas de televisión demostraron que grandes compañías, dueñas de marcas muy conocidas de chocolates, eran conscientes de esta realidad y no hacían nada para terminar con ella. Nuevos estudios llegaron a calcular que en 2014 había más de 2.1 millón de niños trabajando en el sector del cacao en los dos países. Las protestas que originaron estas revelaciones dieron fruto y tanto fabricantes como gobiernos prometieron terminar con esta flagrante violación de los derechos de los niños. Pero años después de aquellas buenas promesas, la situación no ha cambiado mucho: todavía hoy son muchos los menores que trabajan en las plantaciones de cacao de estos dos países, prácticamente su número no ha descendido, incluso, hay indicios que indican que habría aumentado.
En consecuencia de aquella declaración de intenciones, en 2010 se constituyó el Grupo de Coordinación sobre el trabajo infantil en el sector del cacao (CLCCG) que reúne a todas las partes interesadas en este tema tanto a los gobiernos de Ghana y Costa de Marfil como a representantes de la industria internacional del chocolate y el cacao. Su objetivo principal es erradicar las prácticas laborales abusivas en la cadena de suministro del cacao. Esto se intenta conseguir a través de proyectos consensuados entre las partes para garantizar que se destinen recursos suficientes a este fin.
Las intenciones del CLCCG son buenas y desde su puesta en funcionamiento ha juntado a las partes interesadas en torno a una mesa y ayudado a que fluya el diálogo y la colaboración entre los gobiernos, la industria, la sociedad civil y las organizaciones internacionales.
El Departamento de Trabajo Internacional de Estados Unidos (USDOL) es miembro del comité y ha realizado seguimiento de las resoluciones tomadas en él. Ahora, en un estudio preliminar, el organismo afirma que más de 2 millones de menores seguían trabajando en 2019 en las plantaciones de cacao de los principales proveedores mundiales en Ghana y Costa de Marfil, según informa la agencia Ecofin.
El número es significativamente más alto que el registrado en 2010 cuando compañías transnacionales como Mars, Hershey, Nestlé y Cargill se comprometieron a reducir las peores formas de trabajo infantil en su cadena de suministro a un 70% antes de 2020, afirma el documento. Además, 46% de los hijos de los productores trabajarían en las plantaciones de cacao, en comparación con el 44% que había en 2014, y el 42% de los niños fueron sometidos a trabajos peligrosos como es el uso de herramientas afiladas.
Estos datos son más de un 10% superiores a los del primer estudio que realizó la USDOL en 2009 y revelarían que los proyectos de erradicación del trabajo infantil en el sector del cacao no dan ningún resultado o que las compañías transnacionales no tienen ningún intención de luchar contra él, porque el uso de menores, en cualquier actividad, siempre abarata los costes, más si son esclavizados como sucede con muchos de estos niños. Es verdad que esta industria es esencial para la subsistencia de miles de comunidades y familias, quizás de ahí también la dificultad de luchar contra esa lacra.
Lo cierto es que la mayoría del cacao que consumimos lleva entres sus ingredientes el sabor amargo del sudor de millones de niñas y niños forzados a trabajar en las plantaciones de cacao.