Cuarentena con hambre en América Latina

Definitivamente la pandemia del coronavirus ha sacado lo mejor y lo peor de la humanidad…y de sus gobiernos. Quedan a la vista las costuras cuando enfrentamos un enemigo como el coronavirus. El mundo se acerca a los 3 millones de contagiados y de ellos, 145000 están en América Latina y el Caribe, con más de 6000 muertos.
América Latina tiene sistemas de salud muy frágiles y vulnerables que le impiden enfrentar con éxito una emergencia sanitaria como la que nos ocupa. Pero además, sus economías bailan sobre una cuerda floja, sostenida por los frágiles hilos del petróleo, a punto de romperse.
Los pueblos de Latinoamérica ahora padecen en carne propia un sistema económico y de salud mediocre, que no ofrece estabilidad ni bienestar social. En Ecuador la situación resulta dantesca, pues con una polémica “cifra oficial” de 560 muertos, en las calles de Guayaquil han caído centenares de cadáveres y hay más de 700 médicos contagiados, 90 de ellos muertos por COVID-19. Cuatro médicos colombianos han muerto por coronavirus, en medio de denuncias por la falta de material de protección e insumos necesarios.
Los colombianos comenzaron a cerrar calles, hacer cacerolazos y saquear comercios desesperados, desafiando así la cuarentena para exigir ayuda al gobierno de Iván Duque, ya que miles de ellos dependen de la economía informal, actualmente paralizada por la pandemia. En las ventanas de las casas y apartamentos de Colombia, ondean trapos rojos, en señal de que allí hay familias que necesitan comida.
Brasil es el país de la región más afectado con el coronavirus con más de 50000 contagiados y unas 3400 víctimas fatales. Jair Bolsonaro, quien se niega a usar mascarilla y respetar el distanciamiento social, está en el ojo de un posible juicio político en su contra, mientras que ya dos ministros (salud y justicia) renunciaron a su gabinete en medio de la cuarentena.
Los brasileños han protestado contra la forma en que Bolsonaro ha gestionado la emergencia sanitaria, quien calificó la COVID-19 como “una gripecita”, mientras que otros protestaron en contra del confinamiento, porque para ellos la economía del país está por encima de la salud de su población.
Entonces además de la pésima gestión de gobierno, los latinoamericanos se enfrentan a una pandemia sin alimentos, sin dinero y con la economía fracturada. Y lo peor es que ni siquiera se ha llegado a la cumbre de la curva de contagio.
El brillante Gabriel García Márques describió en Cien años de soledad una cuarentena que vivió Macondo por la plaga del insomnio y escribió “Tan eficaz fue la cuarentena, que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural”… Yo espero que tanta miseria en este continente no se vuelva “natural”.