El régimen venezolano muestra sus costuras en cuarentena

Lo bueno de la cuarentena en Caracas es que uno no tiene tiempo de aburrirse. Cuando no hay agua, hay que hacer fila para la gasolina y cuando hay gasolina y agua, falta el internet. Otras veces hay apagones; recientemente hubo fuertes lluvias con tormentas eléctricas y ahora una nube de polvo del Sahara nos roba el poco oxígeno que nos deja la carrera por sobrevivir en medio del caos.
El coronavirus por aquí no da descanso, sigue creciendo a paso de vencedores. Ya van más de 4.500 casos y cuatro decenas de muertos. Hace dos semanas Maduro dijo que “flexibilizaría la cuarentena” y decretó una semana completa de trabajo y otra de descanso. Es algo así como “no te contagies esta semana sino la próxima”. Luego con el aumento de casos dijo que enfrentábamos “un rebrote” y era necesario volver a una “cuarentena radicalizada” sólo por esta semana, ya la próxima semana veremos.
Justamente durante la cuarentena “flexibilizada” el Director de Seguridad Ciudadana del municipio El Hatillo de Caracas, Javier Gorriño, informó en su cuenta twitter que la guardia militar del palacio Presidencial de Miraflores se encontraba custodiando una fiesta en la urbanización Los Naranjos. Gorriño dio la información ante las quejas de los vecinos, quienes denunciaban una fiesta en la urbanización y en plena cuarentena. El funcionario contó que en el jolgorio se encontraba Maduro.
“Ojo me indican los patrulleros y el supervisor que en la fiesta de Sur tres de los Naranjos, no pueden hacer nada porque se encuentra casa militar e indican que está el primer mandatario” fue el tuit publicado por Gorriño, que luego borró.
Cuando los guardias de Casa Militar toman un lugar, es porque está presente el jefe de Estado y/o la primera dama y/o su hijo. De cualquier manera, es muy sospechoso, más cuando es el Gobierno quien debe dar ejemplo. Sus funcionarios de máxima seguridad se encuentren custodiando una fiesta en una urbanización al este de Caracas.
Parece que en Miraflores no gustó el tuit de Gorriño y lo detuvieron esta semana para pedirle explicaciones. No, no fue citado. No fue a una reunión, fue una detención de él junto al resto de la directiva de la policía municipal. Horas más tarde fueron liberados con una investigación abierta en su contra. Un procedimiento que viola las garantías y el debido proceso.
También sin garantías fue detenida la abogada Eva Sofía Leal, el 23 de junio en Barquisimeto, capital del estado Lara (centro) cuando intentaba regresar a su casa, fuera del horario de la cuarentena. Presuntamente, los funcionarios de la Guardia Nacional intentaron sobornarla con un pago en divisas para dejarla transitar, a lo que Leal se negó.
No está detenida ni investigada ni sancionada la Tte Palmera de GNB que agredio e hirió a la Abogada Eva Leal porque según sus superiores actuó apegada a la norma. Publico de nuevo el video para que ustedes juzguen. En Vzla la tiranía impuso un estado de terror y policial impune pic.twitter.com/zkgIgFNRZi
— Alfredo Ramos (@AlfredoARamos) June 24, 2020
La abogada fue detenida, agredida y golpeada por una funcionaria de la Guardia Nacional. Luego fue presentada ante un tribunal militar de Lara y liberada bajo régimen de presentación. El delito de Gorriño fue informar y responder a los vecinos por las denuncias de una fiesta en plena pandemia, como responsable de la seguridad de un municipio. El delito de Eva Leal fue negarse a pagarle nada a un funcionario para que la dejaran pasar a su casa. Ambos son el vivo ejemplo de un estado autoritario que convierte a la víctima en victimario.
En los sótanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) hay más de 400 presos políticos. A ver si ahora que el Vaticano beatificó a José Gregorio Hernández nos hace el milagro que le pedimos todos los venezolanos…