Cobalto, coches eléctricos, tecnología 5G y explotación infantil

En la lucha contra la contaminación y el cambio climático, los coches eléctricos se presentan como una de las grandes opciones, sin embargo, para fabricar las baterías de litio que usan estos vehículos se necesita cobalto. Las mayores reservas de este mineral se encuentran en la República Democrática del Congo que en la actualidad produce el 60% del total que se consume en el mundo. Pero su producción podría incrementarse en los próximos años.
Grandes compañías mineras extranjeras extraen el cobalto en ese país, pero también existen muchas explotaciones artesanales que aportan entre el 10 y el 20% del mineral. No es fácil conseguir este material y los mineros son obligados a trabajar en condiciones muy peligrosas: excavan profundas galerías que presentan graves riesgos de derrumbamiento. Además, estas explotaciones emplean a muchos niños que por su estatura se mueven mejor por los túneles.
El cobalto no solo se utiliza para las baterías de los coches eléctricos, sino también en las que alimentan los teléfonos móviles, ordenadores o tabletas. Por eso, en diciembre de 2019, las familias de 14 niños que murieron por las condiciones de trabajo en estas minas demandaron a compañías como Apple, Google, Dell, Microsoft o Tesla. Aquellos menores trabajaban en las minas en jornadas de muchas horas por un dólar al día. Los demandantes aseguran que las multinacionales conocen la existencia del empleo de menores en esas explotaciones y se aprovechan de su trabajo para obtener más beneficios. Los niños se ven obligados a trabajar en las minas por la pobreza en la que viven sus familias.
Este tipo de explotaciones también tienen un fuerte impacto medioambiental porque llevan aparejadas deforestación y el empleo de gran cantidad de productos químicos tóxicos y radiactivos que contaminan la zona en la que se encuentran y, consecuentemente, a la población local.
La mayoría del cobalto extraído en la República Democrática del Congo es trasladado hasta el puerto sudafricano de Durban desde donde es enviado a China, país en el que se termina su refinamiento y se vende a los fabricantes de componentes electrónicos.
Ahora se ha sabido que el 5G consumirá tanto cobalto, si no más, que los vehículos eléctricos en antes de 2025, así lo pronostican varios analistas quienes justifican esta previsión por la mayor demanda de almacenamiento de energía inducida por la nueva tecnología, según apunta la Agencia Ecofin.
Las antenas de las estaciones 5G requieren baterías recargables más potentes, capaces de acumular suficiente energía para permitir su funcionamiento. Estas baterías se fabrican con óxido de cobalto y litio y, en la actualidad, no existe otra alternativa.
La mayor demanda de cobalto llevará aparejada un incremento de la actividad minera en el sur de la República Democrática del Congo. Esto que podría ser una buena noticia, porque debería suponer mayores ingresos para las arcas del Estado que podrían ser destinados al desarrollo del país, no lo será porque el dinero no llegará a quien más lo necesita. Pero sobre todo, no será una buena noticia porque hasta el momento, y a pesar de la demanda interpuesta, las compañías que explotan las minas no han tomado ninguna medida para mejorar las condiciones de trabajo de sus empleados y erradicar el trabajo infantil. Tampoco hay ninguna acción de las autoridades congoleñas que indique que se impondrán normas para erradicar estas prácticas o controlar las explotaciones artesanales. Por tanto, más demanda de cobalto significará más niños trabajando en las minas.
Diego de Brosy
5 octubre, 2020 en 08:34
Poderoso caballero Don Dinero, es lo que manda. Mientras haya demanda de tecnología y las autoridades de ciertos países recojan su “mordida” lo único que puede pasar es que empeore