Turquía invierte en África

Desde que hace ya tres décadas la Unión Europea mantuvo congelada su propuesta de integración, Turquía no ha cesado en el empeño de ampliar su influencia internacional. La ambición del entonces primer ministro y hoy presidente, Recep Tayyip Erdogan –que algunos consideran que ambiciona restablecer el imperio Otomano–, está impulsando su protagonismo con iniciativas y pretensiones de una superpotencia mundial.
Cuenta con unas fuerzas armadas superiores a las de la mayor parte de los miembros de la OTAN y esto le permite interferir en los conflictos regionales, como los de Siria, Nagorno Karabaj o Libia, y ganarse una influencia diplomática inimaginable hace apenas quince años. Pero la ambición de Erdogan no se queda en conquistar influencia y hacerse perdonar su proclividad a restringir las libertades de sus 75 millones de conciudadanos. También intenta expandir su capacidad económica y aumentar su influencia diplomática, sobre todo en África.
Erdogan intenta superar la soledad respecto a Europa haciendo valer la condición afroasiática que reúne su territorio. Aunque muchas de sus iniciativas, su prepotencia y su propensión autoritaria no le proporcionan simpatía popular, hay que reconocer que ha sido uno de los políticos que primero –incluso antes que China– intuyeron la importancia que vislumbra el desarrollo de África.
Turquía cuenta ya con embajadas en la mayor parte de los países africanos, concretamente en cuarenta y cinco capitales de las cincuenta y cuatro con que cuenta el continente. Comenzó su acercamiento con algunas excolonias francesas –hay quien opina que como una venganza por la intervención francesa en su rechazo comunitario–, como Argelia, Mali o Senegal, que actualmente es con el que tiene más asuntos en común.
En menos de un quinquenio se multiplicó el volumen de los intercambios comerciales. En 2018, último año del que existen datos precisos, las exportaciones de Turquía a África totalizaron 23.800 millones dólares frente a los 14.400 de las importaciones. El Gobierno de Ankara justifica esta desproporción argumentando que son muchos los bienes de equipo y alimentos que África necesita.
Por otra parte, Turquía también está financiando el desarrollo de infraestructuras y concediendo créditos para el desarrollo en varios países por un total de 555 mil millones; además de subvencionar becas para estudiantes en el extranjero y ayudas a la investigación en el campo de la salud.
(*) Foto de portada: Recep Tayyip Erdogan. Fuente: www.kremlin.ru