Turismo, covid-19 y migración

No hay turismo. No hay trabajo. Los hoteles, los moteles, los albergues y cualquier otro alojamiento que hasta hace un año acogía a miles de visitantes están cerrados. Recepcionistas, guías, conductores, cocineros, camareros, vendedores ambulantes de recuerdos y baratijas, bailarines de danzas tradicionales, masáis ataviados de sus mejores galas que posan en busca de una fotografía… Son millones las personas que dependen del turismo en África y que debido a la falta de visitantes llevan sin trabajar desde que el pasado mes de marzo las fronteras de muchos países empezasen a cerrarse por causa de la covid-19. Aquello provocó una cascada de cancelaciones de vuelos, viajes, hoteles y excursiones o safaris de los que depende el sustento de muchas familias en todo el continente
Se ha escrito y especulado mucho sobre por qué la incidencia de la pandemia es tan baja en el continente. La mayoría de los países africanos, salvo algunas excepciones, no se han visto muy afectados por la covid-19 y, poco a poco, las medidas de prevención se han ido relajando. Pero los turistas no llegan porque son los países de donde estos normalmente proceden son los que tienen el problema.
Todo esto nos lleva a afirmar que entre las distintas consecuencias que la pandemia de covid-19 tiene en el continente africano, quizás la que más le afecta sea ese cierre de fronteras que ha frenado la llegada de turistas. Esto ha generado pérdidas de miles de millones de dólares para el sector turístico africano según la Unión Africana (UA). La cancelación de vuelos, de reservas de hoteles, de visitas a parques y culturales… ha supuesto un duro golpe para un sector que representa el 10% del PIB de toda África. Además, esta crisis, como hemos visto, lleva aparejada la pérdida de puestos de trabajo para miles de personas en todos los países. La propia UA estima que 24 millones de familias viven directamente del turismo en todo el continente.
En el sector hay un gran pesimismo al no vislumbrarse un cambio de tendencia en los próximos meses. Ya la temporada de Navidad, una de las más importantes para muchos destinos vacacionales africanos, está perdida este año. Se supone que hasta que la vacuna contra la covid-19 no se generalice y los viajeros dejen atrás muchos de sus miedos, no comenzará a sentirse una recuperación del sector turístico y para ello todavía queda tiempo.
En países donde el desempleo es muy alto, las consecuencias de la pandemia se sienten mucho más que en otras partes. Además, la falta de ayudas gubernamentales para paliar estos efectos deja desprotegidas a muchas personas que no encuentran alternativas para poder sobrevivir. Son muchos, especialmente entre los más jóvenes, los que han visto en el viaje a Europa, a pesar de los riesgos y dificultades que conlleva, la única solución para poder superar la crisis en la que se han visto sumergidos como consecuencia de la pandemia.
El viaje es largo, peligroso y muy caro. Al final son pocos los que lo pueden afrontar. Al resto no le queda otra opción que seguir soñando con que la situación cambie y todo regrese a la normalidad, pero nadie sabe cuándo eso sucederá.