La ONU abandona Darfur

El 31 de diciembre marcó el final oficial de la Operación híbrida de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y la Unión Africana en Darfur (UNAMID), Sudán. La evacuación de todo el personal y equipo comenzó el 1 de enero y se espera que finalice para el 30 de junio. La misión llevaba operando desde julio de 2007 cuando fue establecida con el mandato de proteger a los civiles, así como contribuir a la seguridad y vigilar el cumplimiento de los acuerdos de paz.
Se suele señalar 2003 como la fecha de inicio del llamado conflicto de Darfur, aunque sus raíces se remontan a muchos años antes. No existen cifras oficiales, pero algunos grupos independientes han calculado que unas 400.000 personas perdieron la vida en él y más de dos millones tuvieron que huir de sus hogares y buscar refugio en países vecinos o en otras partes del país. Detrás de las cifras está el enfrentamiento entre los yanyauid, milicianos pertenecientes en su mayoría a los grupos étnicos de los baggara, clan árabe de la tribu de la abbala que se dedica principalmente a la cría de camellos, y los pueblos de raza negra, no baggaras, mayoritariamente agricultores. El gobierno de Jartum apoyó a los yanyauid suministrándoles armas y asistencia, y el Ejército sudanés les asistió y participó junto a ellos en varios ataques contra los pueblos fur, zaghawa o masalit. El expresidente sudanés Omar al Bashir está reclamado por la Corte Penal Internacional por los crímenes contra la humanidad cometidos en esta región cuando decretó una limpieza étnica contra todos los habitantes de la misma que no fueran de origen árabe. En febrero de 2020 el nuevo gobierno sudanés prometió entregar a al Bashir a La Haya, pero hasta el momento no ha cumplido su promesa.
La comunidad internacional vio la necesidad de aprobar la misión de paz en 2007 con el fin de poner fin a las masacres. Esta resolución llegó tras firmarse unos acuerdos de paz entre las partes en conflicto en 2006 en Abuya, Nigeria.
UNAMID no ha tenido una misión fácil. Los yanyauid siguieron atacando pueblos y comunidades tras la firma de los acuerdos de paz. Aunque poco a poco estos fueron disminuyendo, nunca han desaparecido del todo. Los incidentes todavía ocurren de manera regular. De hecho, en los últimos tres meses unas cien personas fueran asesinadas en la región y cerca de cincuenta mil tuvieron que huir de ella.
Estas son algunas de las razones que han llevado a muchas organizaciones de derechos humanos y miembros de la sociedad civil de Darfur, y de Sudán, a pedir que las fuerzas de la Operación híbrida no se retiren y prolonguen su presencia. Y lo hacen a pesar de haber criticado reiteradamente la ineficacia y falta de resolución mostrada en repetidas ocasiones por la misión. Sin embargo, piensan que su presencia tiene un componente disuasorio que ha contenido el conflicto e impedido su escalada. Pero el gobierno de transición que surgió tras la caída de al Bashir, ha prometido que puede garantizar la seguridad en la región para lo que planea enviar 12.000 soldados a la zona.
La ONU seguirá presente en el país a través de la Misión Integrada de las Naciones Unidas de Asistencia para la Transición en Sudán (UNITAMS), una misión política que se supone debe acompañar la transición democrática en Sudán, sin que haya presencia física de fuerzas de paz en terreno. Pero, son muchos los habitantes de Darfur que recelan del poder del gobierno de transición y de la nueva misión para mantener la paz en la región.