La pandemia de covid-19 aumenta el riesgo de que las niñas sean sometidas a mutilación genital femenina

En África, el covid-19, además de suponer una emergencia sanitaria lleva aparejada una económica y también tiene una incidencia directa sobre los derechos de las niñas y los niños. A pesar de que la incidencia de la enfermedad es mucho menor en África subsahariana que en el resto del mundo, la combinación de la pandemia con otros fenómenos como pueden ser los conflictos y el cambio climático ha provocado que por primera vez en 25 años la tasa de pobreza en la región crezca. Consecuencia directa de esta realidad son las mayores cifras de menores sin escolarizar que se detecta en muchos países africanos o, por ejemplo, del riesgo de que muchas niñas sufran mutilación genital femenina. Ambos fenómenos suponen una reversión de los logros conseguidos durante las últimas décadas en la protección de los derechos de la infancia.
La mutilación genital femenina es causa y consecuencia de una gran desigualdad de género. En una forma de violencia contra la mujer y supone una violación de los derechos humanos, genera problemas de salud física y mental y tiene consecuencias sociales, como el abandono escolar, afirma Amref, una organización que lleva décadas luchando contra este problema en varias partes de África.
La actual pandemia de covid-19 afecta directamente a la mutilación genital femenina y a los esfuerzos por erradicarla, afirma la ONG. El cierre de las escuelas, el aumento de la pobreza de las familias, las interrupciones de políticas de protección de la infancia y de las actividades de prevención de la mutilación genital femenina ponen en peligro los logros conseguidos hasta la fecha. Paralelamente, también ha aumentado, especialmente en las zonas rurales, el número de matrimonios infantiles.
El cierre de las escuelas impuesto en países como Kenia para contener la pandemia y el hecho de que las niñas permanezcan en casa durante el periodo del año cuando tienen lugar los ritos de iniciación femenina, sin acceso a los programas de sensibilización que luchan contra esta práctica, son responsables directos del aumento en casos de mutilación genital femenina que un reciente estudio llevado a cabo por el Centro de Excelencia contra la Mutilación Genital Femenina de Amref Kenia ha detectado.
Amref está comprometida con un futuro sin mutilación genital femenina, por eso lleva años ofreciendo ritos de pasaje alternativos a las niñas, en los que se protege la identidad cultural, pero se elimina esta práctica dañina. Es lo que oferta en Kenia donde entre las etnias masai y samburo la mutilación genital femenina tiene lugar durante el rito de paso de la niñez a la edad adulta.
Los ritos de paso alternativo que promueve la organización van precedidos de acciones de sensibilización sobre los derechos de las mujeres para toda la comunidad y cursos específicos para las niñas sobre salud sexual, higiene y derechos de género. Desde que se empezó el programa, más de 20.000 niñas han evitado su mutilación genital femenina y casi 100.000 jóvenes, ancianos, padres y madres han sido educados en los efectos nocivos de esta práctica.
Ahora, el covid-19 y las medidas tomadas para luchar contra la enfermedad ponen en riesgo todos estos logros y por eso Amref se ve obligada a doblar esfuerzos con el fin de revertir el aumento en casos de mutilación genital femenina detectado. Para ello, ha lanzado una campaña con la que busca sensibilizar sobre esta práctica dañina y elevar las voces de todas las niñas que la han sufrido, están en riesgo o sufren el estigma en sus comunidades por haberse negado. También busca conseguir aumentar los fondos a través de donaciones que le permitan impulsar los proyectos en un momento crítico para su futuro y el de sus comunidades.