El Ejército camerunés impune ante las violaciones de derechos humanos

Una vez más el Ejército camerunés ha cometido abusos contra civiles en la zona anglófona del país, donde tiene lugar un conflicto que cada vez es más sangriento. Los hechos de los que se le acusan en esta ocasión han sido puestos de manifiesto por un informe de la organización internacional Human Right Watch (HRW) que analiza lo sucedido en la localidad de Ebam durante un ataque que tuvo lugar el 1 de marzo de 2020. El documento, hecho público a finales de febrero, afirma que “al menos 20 mujeres, incluidas cuatro con discapacidad, fueron violadas, un hombre asesinado y otros 35 arrestados. Los soldados, también quemaron una casa, saquearon decenas de propiedades y golpearon brutalmente a los hombres que llevaron a una base militar”.
HRW califica este ataque como “uno de los peores perpetrados por el Ejército camerunés”, pero no ha habido una investigación efectiva sobre lo sucedido y nadie ha sido responsabilizado de estos crímenes. La organización de derechos humanos es muy clara al recordar que la violencia sexual y la tortura son crímenes atroces que los gobiernos tienen la obligación de investigar de manera inmediata, efectiva e independiente, y de llevar a los responsables ante la justicia. Pero un año después, los supervivientes del ataque de Ebam están desesperados ya que no han encontrado ni justicia ni reparación y “viven con el conocimiento de que quienes abusaron de ellos caminan libres y no se han enfrentado a ninguna consecuencia”.
Normalmente, las víctimas de estos ataques tienen miedo a denunciar debido en gran parte al estigma y el miedo a las represalias, lo que disuade a los supervivientes de este tipo de crímenes de hablar sobre lo que han sufrido. Este hecho, la falta de denuncias, indica que posiblemente los incidentes, sobre todo los de violencia sexual cometida por soldados, sean muchos más de los casos documentados.
Desde que el conflicto en las regiones anglófonas comenzase en 2017, HRW ha documentado violaciones generalizadas de derechos humanos cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad de Camerún en esa zona del país, incluidas la tortura y la violencia sexual. Pero, en la mayoría de los casos, el Gobierno camerunés no ha tomado ninguna acción, ni siquiera ha llevado a cabo una investigación de los hechos denunciados. Por eso, los miembros de las fuerzas de seguridad permanecen en gran parte impunes.
Han pasado ya cuatro años desde que los problemas empezasen en las dos regiones anglófonas de Camerún. Desde entonces, esta zona del país se ha visto atrapada en un ciclo de violencia que ha conducido a una gran crisis humanitaria: casi 700.000 personas han tenido que abandonar sus hogares y buscar refugio en otros países, más de 3.500 han muerto y unos tres millones necesitan ayuda.
No solo el Ejército camerunés ha cometido violaciones de derechos humanos, las organizaciones internacionales han denunciado también las cometidas por los grupos armados separatistas. “Las fuerzas de seguridad han matado a civiles, arrasado cientos de casas, agredido sexualmente a mujeres y arrestado y torturado arbitrariamente a cientos de presuntos separatistas. Los grupos armados también han matado a civiles, han atacado a trabajadores humanitarios y escuelas, han secuestrado a cientos de personas, incluso estudiantes y profesores, han destruido hogares y han torturado a quienes perciben como opositores”, afirma HRW.